Atendiendo al reparto de la edificabilidad de los diferentes organismos públicos y la necesidad de la ejecución por fases, la volumetría se organiza en cuatro volúmenes de diferentes proporciones, según la superficie requerida y su situación en el conjunto. La propuesta se adapta a la topografía del solar al disponer en la cota inferior un volumen largo y bajo, como zócalo, que deja en un segundo plano dos edificios de diferentes alturas. El hueco entre las piezas conforma un espacio de relación para la comunidad, cuya dimensión atiende a las alturas de los edificios. El equipamiento articula el espacio público, generando una plaza de acceso que se conecte con el espacio público y facilite el acceso al centro urbano y las playas.

Los edificios de vivienda colectiva flotan sobre un espacio que se abre visualmente hacia el talud natural preexistente y tienen ventilación cruzada mediante un patio inglés que garantiza, además, la privacidad de las viviendas situadas en planta baja. Este espacio alberga el aparcamiento y los trasteros, aunque es un espacio de oportunidad que podría cambiar de uso en el futuro. El espacio entre bloques actúa como vestíbulo exterior donde se concentran todos los accesos de las 40 viviendas del bloque C, entre los que se encuentran los de 3 habitaciones, que ofrece otro modo de habitar más arraigado en el suelo que no precisa de núcleos verticales ni ascensores, minimizando el mantenimiento del edificio. Unos umbrales a doble altura recogen todas las puertas y ventanas que miran lateralmente para evitar la frontalidad entre edificios y respetan la privacidad entre viviendas.

La estructura de muros de carga conforma una matriz de habitaciones comunicantes al tresbolillo que ofrece visuales diagonales que interrelacionan las estancias. Las puertas conectan o segregan habitaciones para compatibilizar y simultanear diferentes actividades.