El edificio temporal forma parte de la urbanización de la plaza de las Glorias de Barcelona. El programa funcional es un punto de información, una zona de exposición sobre las obras de transformación de la plaza y un punto de alquiler de bicicletas eléctricas.

La pieza se apoya sobre el cruce de dos recorridos para peatones. Uno que atraviesa la plaza en dirección mar-montaña y el otro que define un eje peatonal que conecta con otros dos equipamientos provisionales: el vivero de encinas y la nueva pérgola.

La condición efímera del edificio provisional, desmontable y reutilizable, determina la elección del sistema estructural: un andamio capaz de minimizar su huella en el territorio y una materialidad acorde con el contexto de las obras. El andamio actúa, además, como soporte de tres envolventes: una piel impermeable y translúcida de policarbonato, una malla de sombreo que filtra la radiación solar y una malla metálica de protección que cierra el edificio. De día, según la posición del sol, las transparencias, sombras y reflejos logran una percepción cambiante del edificio.