Plaça de L'Esglesia
Imágenes pertenecientes a la memoria del lugar ofrecen y sugieren una continuidad topográfica que integra en un único espacio urbano la Iglesia, la plaza y la rampa que asume el desnivel. Esta unidad, truncada por la posterior y actual presencia del coche, pretende ser recuperada por la actuación, atendiendo al mismo tiempo a los requerimientos funcionales contemporáneos.
La intervención en la plaza de la Iglesia del Papiol afronta el reto de evitar la segregación de espacios, fruto del hecho de estar atravesada por la calle Mayor. La propuesta plantea una plataforma única en la que la escasa frecuencia de vehículos del vial y la prioridad de los peatones permiten que la plaza se perciba como un solo ámbito. En cuanto a la zona norte de la plaza, se proponen unas escaleras de prefabricados de piedra artificial que absorben una jardinera, permitiendo el crecimiento de vegetación que proporciona al nuevo elemento arquitectónico un aspecto cambiante con el paso de las estaciones. La escalinata no solo es un elemento de tránsito sino que conforma en sí mismo un lugar de estancia, habilitado como grada, que goza de vistas sobre el paisaje lejano y sobre la propia plaza, a modo de mirador. Su trazado recoge los flujos peatonales y tangenciales de las calles adyacentes, frente a la frontalidad de la escalera del estado previo. Su geometría no solo atiende a la función, la conexión entre dos cotes, sino que responde a otra escala, la monumentalidad de la Iglesia que preside la plaza, de la que destaca la verticalidad del prominente campanario. Así, la pieza insertada actúa como un basamento sobre el que descansa visualmente la Iglesia. Su materialidad, prefabricados de hormigón, busca relacionarse en color y textura con el suelo de piedra natural de la urbanización que da unidad a todo el casco antiguo del Papiol y armoniza, también, con la fachada de la Iglesia.
Respecto a la zona sur de la plaza, se propone una gran jardinera con arbustivas y enredaderas, delimitada con prefabricados de hormigón que definen un banco, y de dos alcorques para permitir la plantación de dos árboles en la plaza, que permitirán minimizar el impacto visual de las medianeras actuales. De esta manera la plaza que actualmente no se aprovecha por los vecinos del pueblo, ya que está ocupada totalmente por aparcamiento de coches, pasa a ser un espacio de encuentro agradable gracias a la vegetación, la grada, el banco, una fuente y el mirador.